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Autor: Manuel Gonzalez Pastor

Historia del DEPORTIVO OYONES

(Datos de la fundación del equipo de fútbol DEPORTIVO OYONES, en encuesta efectuada a un viejo exjugador del mismo. AÑO 1928)

Este equipo se fundó como consecuencia de la fusión de los equipos representativos de las dos bandas de música existentes en la localidad, denominadas Coral Santa Cecilia y Unión Musical Oyonesa.

El equipo que representaba a la Unión Musical se llamaba "La Cla" y el de Santa Cecilia, "El Zurriago". Pronto se evidenció la necesidad de proceder a la unión de los dos equipos, ya que empezaba a ser el clima del pueblo un tanto tenso y dividía a la juventud en dos sectores. La intervención de unos verdaderos aficionados, tales como Miguel Ruiz Carrillo, Celso Martínez, Julián Fernández, Ignacio Díaz de Ilarraza y unos buenos amigos de éste, como Somalo, Faustino, Teodoro y otros, que eran vecinos de Logroño, contribuyeron también al consenso de los dos clubes y se formó el CLUB DEPORTIVO OYONES con los siguientes jugadores. Por parte del "Zurriago": Chaparro, Senén, Domingo, Sanz y Juan de Dios. Por parte del equipo "La Cla": Arturo, Manolo Sanjuán, Saturnino, Nicolás, Teófilo Ruiz Carrillo y su primo Zacarías, Perico Fernández y Pedrucho Cuesta.

Se alineaban en el primer equipo: Domingo como portero; suplente, Pedrucho Cuesta; defensas: Carrillo I y Zacarías; medios: Sanz, Chaparro y Carrillo II y delanteros, Manolo Sanjuán, Arturo Sanjuán, Perico Fernández, Saturnino Sanjuán y Juan De Dios.

Algunos utilizaron nombres de guerra distintos a los suyos, tales como Zaca, por Zacarías; Doris, por Arturo Sanjuán; Serpis, por Manolo Sanjuán; Jupiter, por Perico Fernández, y Cachi, por Saturnino Sanjuán, quedando el titular así:. ZACA, DOMINGO, CARRILLO 1, SANZ, CHAPARRO, CARRILLO II, DORIS, SERPIS, JUPITER, CACHI y JUAN DE DIOS.

Se hicieron muy pocos socios, pues los mayores consideraban aquello como cosa de chiflados o locos; pero no todos pensaban así y merced a las aportaciones de los dos curas del pueblo -D. Esteban Zubillaga (párroco), que aportó cien pesetas y D. Manuel de Ortúzar, que aportó veinticinco-, se pudieron comprar las once camisetas y las medias. El campo se alquiló a D. Marcelino Martínez por la módica cantidad de veinte pesetas mensuales, y las porterías las ponía Julián Fernández todos los días que se jugaba, llevándoselas a casa después de cada partido ante el temor de que desaparecieran. Las redes las aportaron este mismo Julián y Julio Zabala, que las tenían para cargar paja en sus carros.

En el descanso de cada partido, se pasaba una bandeja por el simpático Nicasio Nieto y lo que se recogía, que rondaba siempre las treinta pesetas, se destinaba a pagar el campo y sufragar los gastos de obsequio a los equipos que venían al pueblo a competir. Los gastos de desplazamiento se los pagaban por su cuenta los jugadores.

Se nombró una Junta Directiva compuesta por Ignacio Díaz de Ilarraza como presidente; Nicolás Ruiz Carrillo como tesorero; Julián Fernández como secretario; vocales, Miguel Ruiz Carrillo, Celso Martínez y Javier Martínez, y como masajista a Nicasio Nieto (el Galleguillo). Como capitán del equipo, Manuel Sanjuán.

Hacía las veces de entrenador el jugador Perico Fernández. Se sacaron dos himnos con música de Simonin que decían así:

En campo que juegan
estos muchachos
Saben siempre lucirse
con mucho garbo
Y de jugada en jugada,
llenas siempre de ilusión
Saben conquistar el triunfo
Para entregárselo a... OYÓN.

El otro himno decía así:

Al zumbar de los balones,
Y del silbato el tararí
No hay equipo que no tiemble
Y no piense en sucumbir.
Porque llevan esos mozos
Al ir tras de aquel balón
La bravura de su pueblo
Grabada en el... corazón.

Ni qué decir tiene que el equipo tuvo sus admiradoras y que éstas' se encargaron de bordar los emblemas del club; siendo, entre otras muchas las más distinguidas, las hermanas Luisa y Concha Sanjuán, Manue1a y Teodora Fernández, Lucía Bernedo, Segunda Sanz, Fe1isa Garín, las cuales eran, además, las animadoras del equipo en todos los partidos. El Deportivo Oyonés solamente duró dos años porque las necesidades económicas no mejoraban y, unido a todo esto, la derrota que el equipo sufrió en Las Gaunas frente al reserva del Deportivo Logroñés que, como consecuencia de la actuación del parcialísimo árbitro Sr. Alesón, tan nefasta para los oyoneses, dio al traste con todas las ilusiones de los muchachos y se dieron de baja.

Años más tarde, renacería la ilusión y el Deportivo Oyonés; pero estos datos los dejaremos para otra ocasión.